EL PROGRAMA "YO SI PUEDO" LLEGA AL SANTA LUCIA

EL PROGRAMA "YO SI PUEDO" LLEGA AL SANTA LUCIA
Casa por casa. Así se proponen desde el Programa de Alfabetización Yo, sí puedo ir por el barrio Santa Lucía. Primero relevando a quienes no saben ni leer ni escribir, luego acercándoles la oportunidad de acceder a este derecho. La iniciativa es impulsada por la Multisectorial de Solidaridad con Cuba, la Biblioteca Popular Juanito Laguna y la Secretaría de Integración y Desarrollo Sociocomunitario de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). "La intención es declarar al barrio Santa Lucía libre de analfabetismo", expresa el coordinador de la Multisectorial, Guillermo Cabruja. Para definir los pasos a seguir, voluntarias y voluntarios que se sumaron a la propuesta se reunieron en la sede de Humanidades y Artes. También estaban otras coordinadoras de la iniciativa: María Luz Silva y Luna Navarro, por la UNR, y Noris Piclú de la biblioteca barrial. La etapa de trabajo contempla un relevamiento inicial previsto para el mes próximo; luego, comenzar con la tarea de alfabetización. En este caso valiéndose de los materiales y capacitación que provee el programa de origen cubano. A diferencia de otras experiencias que este plan ha desarrollado en otros contextos, esta vez buscan sumar a las familias y vecinos en la tarea, como otros facilitadores. La intención es multiplicar las oportunidades de acercarse a la lectura y a la escritura, hacer encuentros más regulares y poder llegar así a fin de año con los jóvenes y adultos alfabetizados. El plan se proyecta hacia mayores de 14 años que no han concurrido nunca a la escuela o bien lo hicieron hasta los primeros grados y necesitan recuperar una práctica social como son la escritura y la lectura. Otro dato relevante es que una vez que hayan aprobado el paso por el Yo, sí puedo, se busca que sigan cursando en el Centro de Alfabetización Básica de Educación de Adultos (Caeba) que funciona en el barrio. Un paso más para aprobar formalmente la escuela primaria. Más información al correo: yosipuedoseidesoc@gmail.co

viernes, 23 de marzo de 2018

FRANCISCO "PACO" URONDO





LA PURA VERDAD


Si ustedes lo permiten,

prefiero seguir viviendo.

Después de todo y de pensarlo bien, no tengo

motivos para quejarme o protestar:

siempre he vivido en la gloria: nada

importante me ha faltado.

Es cierto que nunca quise imposibles; enamorado

de las cosas de este mundo con inconsciencia 

    y dolor y miedo y apremio.

Muy de cerca he conocido la imperdonable alegría; 
    tuve

sueños espantosos y buenos amores, ligeros y 

    culpables.

Me avergüenza verme cubierto de pretensiones; 

    una gallina torpe,

melancólica, débil, poco interesante,

un abanico de plumas que el viento desprecia,
caminito que el tiempo ha borrado.

Los impulsos mordieron mi juventud y ahora, sin

    darme cuenta, voy iniciando

una madurez equilibrada, capaz de enloquecer a

    cualquiera o aburrir de golpe.

Mis errores han sido olvidados definitivamente; 

    mi memoria ha muerto y se queja

con otros dioses varados en el sueño y los malos sentimientos.

El perecedero, el sucio, el futuro, supo acobardarme,
    pero lo he derrotado

para siempre; sé que futuro y memoria se vengarán 

    algún día.

Pasaré desapercibido, con falsa humildad, como 

    la Cenicienta, aunque algunos

me recuerden con cariño o descubran mi zapatito

    y también vayan muriendo.

No descarto la posibilidad

de la fama y del dinero; las bajas pasiones y la 

    inclemencia.

La crueldad no me asusta y siempre viví 
    deslumbrado

por el puro alcohol, el libro bien escrito, la carne 

    perfecta.

Suelo confiar en mis fuerzas y en mi salud

y en mi destino y en la buena suerte:

sé que llegaré a ver la revolución, el salto temido

y acariciado, golpeando a la puerta de nuestra 

    desidia.

Estoy seguro de llegar a vivir en el corazón de 
    una palabra;

compartir este calor, esta fatalidad que quieta no

    sirve y se corrompe.

Puedo hablar y escuchar la luz

y el color de la piel amada y enemiga y cercana.

Tocar el sueño y la impureza,

nacer con cada temblor gastado en la huida

Tropiezos heridos de muerte;

esperanza y dolor y cansancio y ganas.

Estar hablando, sostener

esta victoria, este puño; saludar, despedirme

Sin jactancias puedo decir

que la vida es lo mejor que conozco.


LA VERDAD ES LA ÚNICA REALIDAD


Del otro lado de la reja está la realidad, de

este lado de la reja también está

la realidad; la única irreal

es la reja; la libertad es real aunque no se sabe 

    bien

si pertenece al mundo de los vivos, al

mundo de los muertos, al mundo de las

fantasías o al mundo de la vigilia, al de la 

    explotación o de la producción.

Los sueños, sueños son; los recuerdos, aquel

cuerpo, ese vaso de vino, el amor y

las flaquezas del amor, por supuesto, forman

parte de la realidad; un disparo en

la noche, en la frente de estos hermanos, de estos 

    hijos, aquellos

gritos irreales de dolor real de los torturados en

el ángelus eterno y siniestro en una brigada de 

    policía

cualquiera

son parte de la memoria, no suponen 

   necesariamente el presente, pero pertenecen a 

    la realidad. La única aparente

es la reja cuadriculando el cielo, el canto

perdido de un preso, ladrón o combatiente, la voz

fusilada, resucitada al tercer día en un vuelo 

    inmenso cubriendo la Patagonia

porque las 

masacres, las redenciones, pertenecen a la realidad, 

    como

la esperanza rescatada de la pólvora, de la inocencia

estival: son la realidad, como el coraje y la 

    convalecencia

del miedo, ese aire que se resiste a volver 

    después del peligro

como los designios de todo un pueblo que 

    marcha hacia la victoria

o hacia la muerte, que tropieza, que aprende a 

    defenderse, a rescatar lo suyo, su

realidad.

Aunque parezca a veces una mentira, la única

mentira no es siquiera la traición, es

simplemente una reja que no pertenece a la 

    realidad.



Cárcel de Villa Devoto, abril de 1973.



OJOS GRANDES, SERENOS

Andando, el barro nos llega a las caderas.
Calmando algunas inquietudes, han nacido otras.
Rodamos sobre nuevos remansos.
Nadie vuelve; es ahora el momento del amor.
El deseo es una ola suave; aquí en la orilla, con la

    mano firme, detrás de los juncos, frente al sol.

Volarán los pájaros silvestres, las islas vencerán

    a las palabras: el silencio sagrado sobre el mundo.

Iremos a la hoguera con los grandes herejes.


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